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Una sesión de Resfo consiste en medir las respuestas que emiten las células cuando son estimuladas por determinadas gelatinas de color, simplemente por aproximación. Para medir esas respuestas celulares, es necesario poder distinguir el fenómeno de resonancia vibratoria que se establece.
Nuestras células son elementos de naturaleza vibratoria, reciben y emiten espontáneamente en determinadas frecuencias naturales de vibración. Cuando interaccionan con el color (cada color se caracteriza por una determinada frecuencia), se produce un fenómeno físico denominado resonancia vibratoria cuando coinciden sus periodos de oscilación. Como consecuencia de este fenómeno, se genera una onda de mayor amplitud que puede ser percibida por el terapeuta a través del dedo pulgar de su mano izquierda, ligeramente apoyado sobre el hombro de la persona.
Las respuestas que emiten representan la falta de información activa que deberían tener las células para un buen funcionamiento y responden a los síntomas que refiere la persona que acude a la sesión. De esta manera se seleccionan las gelatinas que se utilizarán a continuación en la fase de reinformación.
Esta reinformación se realiza a nivel de la zona reticular, verdadero centro receptor y distribuidor de la información por lo que tiene la capacidad de llevarla al lugar exacto de donde proviene la demanda.
La sesión termina cuando las células no emiten ningún tipo de respuesta, habiendo recuperado su estado natural de vibración. La agradable sensación de serenidad y/o los cambios que percibe en ese momento la persona tratada, indican el restablecimiento de la armonía entre su parte física y metafísica.
Las sesiones son individuales y específicas de cada persona. Las diferencias entre una sesión y otra serán las carencias de información que presente la persona en los distintos momentos en que acuda a cada sesión.
Teniendo en cuenta estas explicaciones, que ponen de manifiesto el campo de acción de la Resfo, nos encontramos ante un medio de salud preventiva, capaz además, de restablecer la armonía de funcionamiento en el ser humano, imprescindible para poder hablar de salud.
Aunque resulta casi imposible hacer una relación cerrada de síntomas o motivos por los que acudir a una sesión de Resfo, sí podemos afirmar que ante síntomas como la depresión, el insomnio, la ansiedad, recuperaciones postraumáticas, efectos secundarios de quimioterapias, trastornos alimentarios, adicciones... la Resfo tiene efectos demostrables que se perciben, en ocasiones, incluso desde la primera sesión
Respecto del número de sesiones necesarias, depende de cada persona, de sus posibilidades de acción y de su tiempo de comprensión de los cambios de actitud necesarios para recuperar y mantener ese equilibrio.
La Resfo también ayuda a comprender la responsabilidad que cada uno tiene frente a su salud, ya que, la actitud influye en el trabajo celular.
El protocolo de aplicación es siempre el mismo, sin embargo consideramos necesario hacer alguna precisión importante sobre las adicciones.
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