"Todo lo que existe en el Universo es de naturaleza vibratoria" (Albert Einstein).
André Secondy y Claude Piro como médicos, fueron conscientes muy rápidamente del desconocimiento que la medicina tiene del ser humano y del origen de la enfermedad. Esto les animó a iniciar una búsqueda en las llamadas "medicinas alternativas", tanto orientales como occidentales (acupuntura, homeopatía, osteopatía, reiki y un largo etcétera), las cuales practicaron y estudiaron exhaustivamente, hasta comprender que ninguna de ellas trabajaba sobre la globalidad del ser, resumiendo sus efectos al tratamiento puramente sintomático.
Gracias a esta búsqueda, llegaron a trabajar en auriculomedicina y auricoloterapia junto al profesor Paul Nogier y es precisamente durante este tiempo de trabajo que surge la necesidad de rehacer toda la investigación en la que se apoyan ambas técnicas, profundizando de esta manera sobre la naturaleza vibratoria del ser humano y cómo reacciona frente a la luz. (Ver también "Investigación de la energía del ADN" de P. Gariaev).
La física ha demostrado que el color es la información más simple que puede transportar el fotón. El color y nuestras células son elementos de naturaleza vibratoria, cuando interaccionan se produce un fenómeno físico denominado resonancia vibratoria. Si están en fase, el resultado es un aumento de amplitud de la onda y además se puede medir. Así es como comienzan a estudiar y analizar las respuestas espontáneas que emiten las células ante el fotón de luz por aproximación y la información que transmite éste a través de los diferentes colores (descomposición de la luz blanca) utilizando para esto gelatinas de color (papel de diapositiva) del catálogo completo que comercializaba en aquélla época la empresa Kodak.
La naturaleza de las medidas obtenidas, así como su relación con los síntomas que los pacientes estudiados presentaban, les permitió encontrar el modelo de funcionamiento vibratorio del ser humano, éste es el origen del Organigrama Holoenergético, punto común del hombre.
